martes, 31 de enero de 2012

16.Septiembre.2011


Año 2011, Junio.

Yo me iba de vacaciones y fui a la residencia para ver a mi abuelo y despedirme de paso, pero sin grandes novedades... Definitivamente no sabía quién era, aunque he de admitir que creo que me relacionaba con algo especial de su vida, lo vi en la forma de darme el beso o en la forma de agarrarme la mano, no estoy segura pero lo vi.

Paso el verano....

14.septiembre.2011


Era un día horrible, llevaba todo el día encerrada en casa, y por la noche no conseguía pegar ojo... ¿Qué me pasaba?
Había pasado un verano increíble, el mejor podría decirse... a pesar de no haberlo empezado con buen pie y con el corazón más que roto... Machacado...
Las cosas fueron girando hacia un lado mejor hasta disfrutarlo...
Pero... esa noche.... estaba amargada...
Seguramente sería la angustia de volver a verle a él... aquel que en junio decidió no querer volver a saber nada mas de mí, aquel que tras años a mi lado decidió que era hora de acabar...
Habíamos empezado el colegio, y teníamos amigos en común y como tonta, sonreía falsamente y decía que yo estaba perfectamente que no pasaba nada, pero sabía perfectamente que me pasaba, sabía perfectamente que me pasaba noches enteras llorando amargamente, auto convenciéndome que no le quería que todo era agua pasada, hasta que no podía más y le lloraba a mi madre....

Conseguí cerrar los ojos, y descansar un rato... Pero de repente como si de magia se tratase, aparecí en una iglesia, y yo me encontraba en el atril leyendo.... sabía perfectamente lo que estaba "viviendo", se trataba de la boda de mi primo, hace ya más de 3 años, pero había algo que fallaba, en vez de estar su familia, estaba mi familia, la de parte de mi madre, y yo… no leía un pasaje de la biblia, leía un texto mío... sobre alguien... cuando me di cuenta de lo que pasaba abrí rápidamente los ojos y me senté en la cama...
Tenía una sensación muy extraña.... ese sueño, no era un sueño cualquiera, y sin saber por qué, me levanté de la cama me puse unas botas y baje corriendo a casa mi abuela, necesitaba hablar con ella.

Serían las 7 de la mañana, pero a mi abuela no le importó, me dio un vaso de leche y me dijo que me sentara, ya que yo llegué muy nerviosa.
Cuando me tranquilice le dije que tenía la necesidad de pedirla algo...
-"Abuela, no me preguntes por qué, ni me digas que de donde me saco esto, pero quiero decirte que si el abuelo muriera independientemente de dentro de mucho o poco, me gustaría leer algo..."

Exacto, creo que ya lo sabréis, ese sueño extraño era el funeral de mi abuelo, y yo estaba leyendo algo  acerca de él, escrito por mí, ya que es como mi segundo padre....

Le conté lo que había pasado a mi abuela, y ella como siempre tan comprensiva y cariñosa, me dio un fuerte achuchón esos típicos de abuela que te suenan hasta huesos que desconocías y me dijo al oído: " hija mía no te preocupes, podrás leer todo lo que quieras"

A pesar de que me fui más tranquila por habérselo contado, me fui nerviosa; en ningún momento escuché decir a mi abuela algo estilo, falta mucho para aquello, o no te agobies eso no pasara...

Esa misma tarde empecé a escribir "Diario de tu nieta".

15.Septiembre.2011


Año 2009, embolia pulmonar...

Una persona de 30 años con una salud considerable, apenas logra salir de esta, lo dijo el médico: "ir preparando el funeral".

Pero mi tía realmente tenía fe en su padre, "él saldrá de esta, lo sé." Y efectivamente mi abuelo, con 81 años, salió... pero realmente no salió...

A ver cómo me explico, el marearle llevándole al hospital, a la residencia, ingresado, luego no... Le terminó por desorientar completamente...

Recuerdo estos dos últimos años, respecto a este tema, bastante... ¿negros? Digámoslo así...

Desde que salió aquella vez del hospital, yo solo recuerdo llamadas para ver quién va y cuando, llamadas para decir que otra vez ha pasado algo...

Recuerdos de alegrías también por parte especialmente de mi tía y mi abuela, con anécdotas de mi abuelo en la residencia, sobre cuántos años tiene, 56, cuántos hijos tiene, que no está casado...

He de admitir que admiro a estas dos grandes personas ya que le veían día tras día y aun así aguantaban sin derrumbarse ni un solo momento, y yo, el día que le veía lo pasaba realmente mal, admiro esa fuerza de voluntad, esa paciencia y como son capaces de llegar amar tanto a una persona....

14.Septiembre.2011

Mi forma de desahogo.


Alzheimer, esa cosa que te hace perder la memoria... si tan sólo fuera eso... si fuera tan fácil...
Yo os voy a contar lo que realmente es, yo os contare lo que los médicos todavía no saben, lo que realmente pasan las familias cuando alguien sufre esto...
Mucha gente piensa, que bueno, alguien el cual sufre EA (enfermedad de Alzheimer), se le mete en una residencia y punto; no es tan fácil.
Lo primero de todo, es un familiar tuyo, cuesta mucho abandonarle y sobre todo sabiendo que está enfermo, dejarle con otras personas.
Cuando una familia descarta esa opción, lo único que le queda es gestionarse bien y cuidarle como puedan.
Mi abuelo a día de hoy, tiene 83 años, el Alzheimer o EA se lo detectaron a los 74, es decir, más o menos hace unos 10 años, cuando yo tenía 6.
No tendré muchos recuerdos, pero si recuerdo como mi madre se peleaba con él, por no acordarse de cosas  tan sencillas que hasta parecían estúpidas...
Fueron pasando los años y mi abuelo ya estaba con medicinas las cuales le ayudaron bastante a frenar "esa gran pérdida", lo principal del Alzheimer, pero se le veía la torpeza que iba adquiriendo y ese miedo porque se iba dando cuenta de lo que iba pasando.
Esas pastillas fueron quitadas del mercado hará unos 4 años aproximadamente porque unos de los efectos secundarios era el Párkinson, otra enfermedad muy fastidiosa también. Por lo que mi abuelo se quedó sin medicación eficaz.

Ese fue el punto de no retorno.
Su enfermedad le empezó a comer, el mismo cayó en picado...
Cada vez le costaban más las cosas más simples, hasta que llegó el momento a pasar completamente dependiente.
Mi abuela estuvo junto a él en todo momento, y sus hijos también.

Recuerdo llamadas a casa a las 3 de la mañana pidiendo ayuda de parte de mi abuela a mi madre para ayudar a mi abuelo porque se había caído y ella no podía levantarle...

Una persona mayor y con Alzheimer necesita ser atendida las 24 horas del día, y eso en casa no era posible.

Tras grandes dudas, discusiones en la familia, y pensarlo seriamente, decidieron meterle en una residencia de día, para que pasara allí todo el día, que fuera cuidado y todo, y que por la noche volviera. 
Al principio todo fue bastante bien, era como un colegio para él, pero le daba igual, llegaba a casa y no se acordaba, realmente le estábamos perdiendo, a pesar de todo, yo no me daba cuenta ya que prácticamente vivía con él y no veía el cambio, pero ya empezó a dudar en los nombres de la gente, empezó a dudar quién era quién…

Llego un momento en que eran tantas las llamadas nocturnas, que finalmente tuvieron que llevarle a la residencia todo el día.
Recuerdo lo duro que fue y como mi madre se decía todo el rato: " como voy yo a meter a mi padre ahí...." "como el voy hacer esto..."
Los sentimientos de culpa salían por todas partes, pero era lo único que podíamos hacer, no había otra solución...
Día tras día SIEMPRE alguien de la familia ya fuera hijo, mujer, hermano, iba a visitarle y pasaba la tarde con él, le hablaban, jugaban al ajedrez o simplemente pasaban la tarde...
Como podréis comprender esto fue un gran trabajo por parte de todos; cambio de planes, organización en el trabajo, turnarse…
Desde ese momento yo ya empecé a no verle continuamente, hacia lo que podía, salía del colegio y sacaba tiempo de estar un ratito con él, pero claro yo también tenía mi vida, mis estudios... me empecé a dar cuenta de cómo la enfermedad se lo estaba llevando, como poco a poco, se estaba convirtiendo en otra persona opuesta a quien era.
Mi abuelo siempre fue una persona muy activa, con una salud de hierro por lo que gracias a dios pero por poco tiempo aún continua aquí, era un hombre muy inteligente, sobre todo en las matemáticas, y una persona muy bella en lo más extenso de su palabra, realmente yo no pude llegar a conocerlo ya que con tan solo 6 años tengo los recuerdos, de pasarme tardes jugando con él, echar carreras, y enfadarme porque me castigaba, pero son 4 hijos, y solo hay que verles para saber cómo fue su padre; mi abuelo.
Bueno como decía, yo le veía lo que podía...

Todo empezó a ponerse negro una tarde, que parecía que todo marchaba bien... Una llamada, un grito "¿QUÉ?", y todos en el hospital.